Cuadro blanco sobre cuadro negro



Ser contracorriente es tan malo como ir con la corriente (o tan bueno), algo existe no por únicamente ser, existe por ser lo que es y por no ser cualquier otra cosa, es decir, se distingue por los rasgos que lo caracterizan, pero también por los rasgos que no existen en ese algo, si sabemos lo que es un perro es por que sabemos también lo que no es un perro, un perro es un perro por no ser un gato, por no ser un árbol, por no ser un poste y así... el perro no existiría si no hubiera nada más que comprobara su existencia, ni siquiera el propio perro podría saber si existe pues no puede compararse él mismo con nada más.
Aplicando éste mismo principio a los teístas y los ateístas, al descreer en un Dios sólo reafirma su existencia (todos los ateos son ateos por que alguna vez creyeron en Dios o por que saben que otros creen en él), en cambio, si alguien naciera sin saber lo que Dios es, no sería ateo ni creyente por que no sabe que tal idea exista, por tanto tampoco Dios existiría; Es como poner un cuadro blanco sobre un fondo negro, el cuadro blanco parece llamar más la atención que el cuadro negro aun cuando éste último sea mas grande, si el cuadro negro no existiera al rededor del cuadro blanco, éste parecería no existir. Al final el mainstrem termina devorando todo, si alguna vez estuviste contra tal (punk por ejemplo), y esa idea supera el mainstream en un punto se convertirá en parte de él y será tan malo (o bueno) como lo establecido anteriormente.